Buscar el equilibrio entre la protección de los manglares y los beneficios económicos para mejorar el nivel de vida de la comunidad.
Descripción del caso de estudio.
La Asociación de Cangrejeros (recolectores de cangrejos de manglar) 6 de Julio existe desde hace 20 años. 150 personas pertenecen a la Asociación, que tiene estatutos y una organización basada en la colaboración y el respeto. La mayoría de los miembros pertenecen a la etnia montubia de Ecuador.
La asociación se creó debido a la necesidad de los habitantes del sector de proteger el manglar y encontrar fuentes de ingresos sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. Esta asociación trabaja en 1.926 hectáreas de manglar concesionadas por el Ministerio del Ambiente.
Para garantizar la conservación y la productividad sostenible con cangrejos, la asociación dicta ciertas normas que todos los miembros deben cumplir, como el tamaño mínimo de captura, la cantidad máxima diaria de captura, el respeto de las temporadas de veda, la vigilancia del manglar, la captura sólo de machos, entre otras. Además, llevan a cabo actividades de reforestación en el manglar.
El trabajo de recolectar cangrejos se ha heredado de padres a hijos. Sin embargo, en ocasiones esta actividad no es suficiente como medio de sustento económico, entre otras razones, porque tienen problemas de distribución y no cuentan con procesos para generar productos de valor agregado a base de cangrejo.
Por esta razón, los recolectores de cangrejos suelen encontrarse en la carretera, vendiendo los cangrejos vivos en forma de fardos o "atados" (conjunto de 12 a 24 cangrejos atados entre sí y formando una especie de cubo). Por ello, la Asociación lleva tiempo considerando la recepción de visitantes como una alternativa para generar más beneficios a través de la gastronomía y el turismo.
Reconocen su falta de conocimientos en gestión turística por lo que temen cometer errores y desanimar a los miembros de la Asociación a participar.
Para ello, el Ministerio de Medio Ambiente y la ONG Naturaleza y Cultura Internacional (NCI) les han asesorado en la elaboración de una ruta por los manglares. El costo de la ruta es de 25 dólares e incluye: recorrido, recolección de conchas y cangrejos, y almuerzo en base a lo recolectado.
Algunos operadores turísticos de Guayaquil han querido negociar con la Asociación, pero ésta considera que les quieren pagar muy poco y que el valor ofrecido "no alcanza ni para gasolina".
Algunos miembros de la Asociación incluso se han certificado como guías locales. Sin embargo, pocos visitantes llegan a vivir esta experiencia en el manglar. Se trata principalmente de visitantes nacionales y, a veces, huéspedes de la posada Kaluz, situada en la zona. Los visitantes se enteran de la posibilidad de esta visita a través de un cartel situado en la carretera de acceso a los territorios donde opera la Asociación.
La organización es consciente de que les falta promoción y alianzas estratégicas. Pero aún más importante, reconocen su falta de conocimientos en gestión turística por lo que temen cometer errores y desanimar a los miembros de la Asociación a participar.
Entre otras iniciativas para enfrentar este problema, han planificado visitas de observación a otros proyectos de turismo comunitario, como el de la Isla Puná. Mientras que en otros aspectos productivos aspiran a encontrar el apoyo técnico y financiero para desarrollar productos con pulpa de cangrejo.
Otra debilidad importante es la falta de equidad de género en las funciones y gestión de la Asociación, ya que la participación de las mujeres aún se limita a ciertas actividades. Por otro lado, a lo largo de la carretera principal proliferan los prostíbulos y moteles, también debido a la falta de oportunidades de desarrollo.
Mapa generado con: https://www.maps.ie/create-google-map/
Fuente: información inicial sobre el Proyecto Piloto generada por el equipo internacional de la plataforma PREIT-Tour en mayo de 2020.
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